Después del varapalo de Alcorcón el Deportivo no podía permitirse otro tropiezo y menos en casa, por mucho que el rival fuese el líder de Segunda División. El Guadalajara llegaba con la vitola de revelación, como así lo hizo el Sabadell en el anterior encuentro en Riazor, y desde el principio fue fiel a su estilo, el mismo que lo mantenía invicto tras cinco jornadas, mucho toque y dejar jugar.
Pero cuando enfrente tienes a Guardado y Valerón, dejar jugar es una mala opción. Todavía el Deportivo no había pasado del medio del campo yel mexicano cogió el balón a unos 25 metros de la portería, enganchando un gran disparo raso que supuso el primer tanto de la tarde. La mala colocación de Saizar hizo el resto, pero sin quitar méritos al potente chut del azteca. Pudo durar poco la alegría porque un minuto después Aníbal cabeceó al poste con Aranzubia batido, en una nueva pájara de la defensa blanquiazul.
De lo que pudo ser el empate se pasó al recital del ’21′. Con espacios es imparable, y el Guadalajara contribuyó a la función dejando solo al canario. Esperó la mejor opción, metió la cuchara con un pase en globo por encima de la defensa y Álex Bergantiños llegando desde atrás empalmó al fondo de la red. Si la semana pasada el Alcorcón sentenció en el minuto 15, esta vez fue en el 14 cuando Valerón finiquitó la cuestión. Regateó a todo jugador naranja que le salió al paso y metió el pase de la muerte para que de nuevo Álex se aprovechase de su clase para meter la puntera y empujar a gol.
El 3-0 nada más comenzar sirvió para reconciliar al equipo con su afición, que no dejó de animar desde que comenzó el partido. De un plumazo se marchitó toda una semana complicada y de paso mandaba un claro mensaje a sus rivales. La pegada del equipo no deja lugar a dudas y solo falta mejorar en defensa. El Guadalajara lo siguió intentando pese al resultado pero solo las dudas de los centrales permitió alguna pequeña acción de peligro, sin que Aranzubia tuviese que intervenir. Es más, de no ser por Saizar el resultado al descanso sería más abultado, ya que el guardameta alcarreño voló en un par de ocasiones para evitar el tanto de Lassad.
Terrazas quiso cambiar el rumbo del encuentro e introdujo un triple cambio en el descanso. En parte lo consiguió, porque los suyos no se fueron del partido pese al resultado, pero aunque llevaron el peso del juego apenas pusieron en apuros la meta blanquiazul. Además, era el Deportivo el que a la contra daba más sensación de peligro, con la velocidad de Salomão y Lassad encomandando a los suyos en esa fase del choque.
Como parece ser que nunca puede haber un partido redondo, Zé Castro se tuvo que retirar lesionado, algo tan común como los recitales de Valerón. En su lugar entró Morel y el paraguayo ocupó la posición del portugués, aunque poco después Rochela, tras calentar, fue el encargado de hacer pareja defensiva con Aythami. Con el partido dormido el Deportivo tuvo tiempo de marcar el cuarto, obra de Salomão al encarar al portero tras un buen pase de Ayoze en largo. El tanto terminó por rubricar un encuentro que como la semana pasada en Alcorcón, duró un cuarto de hora, pero esta vez con los papeles cambiados.
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