martes, 5 de abril de 2011

Más cerca la salvación


Parecía que Lotina apostaría por un once muy ofensivo con tres delanteros pero finalmente fue de farol y apostó por lo de siempre. Lassad hizo de mediapunta y en lugar de Adrián entró un Pablo Álvarez que desperdició nuevamente su oportunidad mientras Saúl lo veía desde la grada. Manuel Pablo también entró cambiando lo previsto, que el zurdo Morel jugase de lateral izquierdo.

Dijo el de Meñaka que hoy el Deportivo tendría más el balón. Durante la primera mitad quizás fue así, pero es tan poco el tiempo que lo tiene que si alguien aprovechó el esférico fue el Mallorca, que en la única llegada al área de toda la primera parte se adelantó en el marcador. Webó de cabeza aprovechó un servicio desde la derecha de Martí para marcar con el beneplácito de la defensa herculina.

Lo único destacable por los coruñeses fue un posible penalti sobre Pablo Álvarez. Parece que fue, pero el asturiano hace un gesto tan extraño para tirarse que no es de extrañar que el árbitro no lo pitase. Ahí los jugadores se comieron a Teixeira, claro ejemplo de los nervios que atesoran los blanquiazules, y que costaron las amarillas de Aranzubia y Guardado, esta de camino al vestuario.

Posiblemente más por presión popular que por ideas propias, entró Valerón tras el descanso por Pablo Álvarez, pasando a jugar Guardado en la derecha, en el enésimo cambio de banda de la historia. Ya en el primer minuto, por fin Xisco disparó a puerta con un cabezazo que se marchó por poco. Y con el Mallorca sin poder salir de su área, fue el ‘Flaco’ el que se asoció con el mallorquín para que este batiese por bajo a Aouate y marcar su primer gol con el Dépor en su regreso al equipo. Un solo hombre había transformado a un equipo apático en uno que se quería comer al rival.

El empuje del gol llevó al Dépor a buscar con ahínco culminar la remontada. Y llegó. De nuevo Valerón metió en profundidad a Riki, se entretuvo un poco y el balón quedó rebotado entre los centrales, le llegó a Lassad y de inapelable remate raso pegado al palo marcó el segundo. Todo el equipo se abrazó y soltó toda la tensión de las últimas dos semanas. Un minuto después, Rubén Pérez se disfrazó de canario y metió un gran pase a Riki que no acertó a sentenciar el partido solo ante Aouate.

Lo más difícil estaba hecho y tocaba aguantar o sentenciar. Aprovechando la inercia positiva el Dépor intentó meter el tercero, pero Riki no tuvo su día y marró otras dos ocasiones con todo a favor dentro del área. El 2-1 era corto para los méritos de uno y otro e hizo que los minutos finales fueran una agonía, y más cuando el árbitro escamoteó otro penalti al Dépor, esta vez sobre Guardado. Adrián al palo también rozo el gol de la tranquilidad, pero por fortuna el Mallorca no achuchó como debería y los trascendentales puntos se quedaron en casa. La derrota del Málaga aumenta la distancia con el descenso a cinco puntos. Un respiro.

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