lunes, 15 de agosto de 2011

El Dépor se refugia en los veteranos

En la puesta de largo el Dépor del ascenso ofreció un inicio luminoso y un final dubitativo. Mientras le duró la gasolina avasalló a todo un Sevilla. Jesús Vázquez y Álex Bergantiños, sus motores, cortaban el bacalao en el centro del campo y los coruñeses hacían oposiciones para la goleada. Pero el paso de los minutos, la emoción del marcador y el empuje rival tras el descanso acabaron por echar al traste su trabajo.

La labor oscura de los mediocentros, los mejores de un equipo que jugó de más a menos, acabó por recordarse como lo más destacado de un partido pese a los fogonazos de Valerón, la calma de Ayoze o el reiterado protagonismo en ataque de Riki. Los esperados estrenos en las bandas de Bruno Gama y Salomão se diluyeron entre la lesión del primero, que con molestias en la ingle y la zona abdominal pidió el cambio en la primera parte, y la poca participación del segundo, quien saltó al campo cuando los coruñeses habían perdido el balón.

Las ocasiones de Riki

El caso del madrileño es digno de estudio. Nunca pasa desapercibido. Acumula ocasiones ante la meta rival con la misma facilidad con que las malogra. Hará falta mucho tiempo para que la afición olvide sus repetidos disparos hacia ninguna parte contra el Valencia. Pero ayer volvió a recordárselos en varios remates lastimosos a ocasiones que parecían pintiparadas. Debe afinar la puntería si quiere erigirse en el artillero de un equipo que necesitará sus goles para ascender.

Los destellos de Valerón

Como asistente, y prácticamente sin otra misión que buscar la espalda de los mediocentros del Sevilla, jugó Valerón, quien en los primeros veinte minutos generó ocasiones suficientes para que su equipo golease. No sucedió así y el juego del mago se diluyó sin el balón en los pies. Sorprendentemente jugó casi todo el partido (solo le faltaron los diez minutos de que disfrutó Xisco), quizá a la espera de un nuevo ramalazo final que no llegó.

Sin Rubén Pérez

Jesús Vázquez y Álex Bergantiños parecieron más fiables y hasta hicieron olvidar que desde el banquillo les observaba Rubén Pérez, inédito otra vez. Oltra asegura que se trató de una decisión técnica, pero al Dépor le faltó fuelle para aguantar el envite visitante, que tras el descanso quemó sus naves en busca del empate. Los mediocentros se contentaron con dirigir la defensa del gol conseguido, mientras el equipo comenzaba a confiarse a los contragolpes y a defender en torno a Aranzubia.

Seriedad defensiva

La línea formada por Manuel Pablo, Colotto, Aythami y Ayoze sostuvo al Dépor en esos minutos, pese a la insistencia de Negredo. Mientras el argentino volvía a usar el imán de su cabeza para las ocasiones a balón parado, el lateral completó un partido serio. Comenzó apelando a su recorrido por la banda y acabó conteniendo las carreras de su fichaje, el internacional de nuevo cuño Manu del Moral.

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